ZAMORANO. La Escuela Agrícola Zamorano fue sede del Tercer Foro Regional de la Red Latinoamericana y del Caribe de Cocinas Limpias (RLCCL) 2019, que intercambió experiencias entre más de 100 participantes de 11 países, con el fin de buscar alternativas que impacten en las condiciones de vida de familias que dependen del uso de la leña.
En el evento desarrollado en el campus universitario, se llevaron a cabo talleres, ponencias, exhibición de carteles, y se abordaron temáticas sobre, uso, adopción e impactos, tecnología e innovación, mercados sostenibles, políticas públicas, combustibles alternos, normas, estándares en cocina y estufas mejoradas, y buscó crear sinergia y colaboraciones entre los diversos actores.
Durante el encuentro hubo exhibición de equipo y nuevas tecnologías que están utilizando las empresas regionales en estufas mejoradas en su desempeño energético porque reducen el impacto de gases tóxicos y emisiones contaminantes, en la salud de las personas, y contribuyen con el medio ambiente al disminuir la presión sobre el recurso forestal por un menor uso de leña y demanda de biomasa.
Victoria Cortés, directora del Centro de Evaluación de Estufas Mejoradas (CEEM), destacó que “una de las visiones de Zamorano es poder identificar este tipo de alternativas e iniciativas que nos permita mejorar la calidad de vida de las personas en general”.
En 2017 la universidad participó en la elaboración de la Normativa Nacional para Estufas Mejoradas que convirtió a Honduras en el tercer país en Latinoamérica en tener este instrumento jurídico. “Actualmente Zamorano evalúa el desempeño de estas tecnologías, ahora hay parámetros claros que definen que de acuerdo a su desempeño podemos categorizar, estufa mejorada de tipo A, B o definitivamente que no lo es”, indicó.
Por su parte, Omar Masera, presidente de la RLCCL, señaló que en Latinoamérica hay 160 millones de personas que cocinan con leña, en su mayoría con fogones abiertos en chimenea. Se calcula que en la última década tres millones de estufas mejoradas se han instalado en la región, llegando a unos 20 millones de personas, que indica una brecha alta de familias todavía por cubrir.
Es así, que, la visión es apoyar aspectos de innovación tecnológica, certificación en normas de calidad para identificar las mejores estufas dentro de la región, hacer pruebas de financiamiento y medir el impacto ambiental.
Richard Grinnell, director regional de Desarrollo de Mercado para América de la Alianza Global para Estufas Limpias, manifestó que Latinoamérica es un mercado emergente, donde han prevalecido los proyectos de gobiernos que regalan estufas y, por ende, con poca atención postentrega, que ha complicado la adopción por desconocimiento.
Reconoce la necesidad de ampliar la oferta de opciones, y de trabajar en la adopción de las tecnologías de manera sostenible y de largo plazo, mediante el involucramiento del usuario, mercadeo para mostrar los productos, accesibilidad, capacidad de pago y cualquier mecanismo que requieran las personas para adoptar estufa de gas, leña, etanol, solar o cualquier energía que sea más limpia, saludable y económica para las familias.
En el caso particular de Honduras, a través de la Fundación Vida, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), impulsó el proyecto Profogones para promover el fortalecimiento de un mercado para las estufas mejoradas y fortalecer los diferentes espacios de la cadena en el país.